sábado, noviembre 23, 2024
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Por: Douglas Montalvao, Gerente General de Adobe para Hispanoamérica

Toda crisis representa invariablemente una oportunidad, especialmente cuando se trata de una de las tendencias emergentes que más terreno ha ganado en los últimos tiempos: el marketing móvil. Al reflexionar sobre ello pensemos en la vertiginosa digitalización de las empresas, la democratización del smartphone y el crecimiento exponencial de las descargas de aplicaciones.

Según The State of the App Marketing in Latin America, el último estudio presentado por AppsFlyer y Adobe, desde 2014 a la fecha, la tasa de adopción del smartphone en América Latina se ha duplicado, alcanzado hasta un 66% de la población. Si bien Brasil y México, dos de los tres países más poblados de todo el continente, han sido en buena parte responsables del crecimiento a nivel regional; casos como el de Colombia y Chile también han contribuido a que la instalación de aplicaciones en América Latina haya aumentado un 29.3% entre 2019 y 2020.

En el contexto del Covid-19, con buena parte de Latinoamérica en aislamiento social, los ingresos totales aumentaron hasta en un 65%; en el caso de México, y un 50% en el caso de Brasil, un crecimiento sostenido en buena medida por las aplicaciones de compras.

Ecosistema digital flexible, el nuevo orden social

Durante el confinamiento, el smartphone se ha convertido en una herramienta indispensable para realizar compras en línea. Comparando mayo con enero, el mes que antecedió al brote en buena parte del mundo, las compras vía smartphone crecieron hasta en un 10%. Para dimensionar el efecto de la pandemia como punto de inflexión en la industria del e-commerce basta mirar que, según el Digital Economy Index de Adobe, durante abril y mayo los consumidores gastaron 153 billones de dólares en compras en línea, un 7% más de lo que se registró durante el pasado noviembre y diciembre, la temporada de consumo por excelencia. Bajo este contexto, podemos afirmar que el COVID-19 ha cambiado la industria por completo.

Si antes de la emergencia sanitaria era necesario tener un ecosistema digital flexible e integral, ahora, con el nuevo orden social, se ha convertido en una urgencia. La visión de las empresas debe poner aún mayor énfasis en las estrategias de personalización a través de los smartphones y la interpretación de la data en tiempo real para tomar decisiones; tales como el análisis del customer journey, las audiencias compartidas y el marketing especializado en móviles; que incluye herramientas como las notificaciones de inserción, supervisión inteligente de la ubicación y vallado geográfico. No sólo se trata sumar descargas e instalaciones de aplicaciones, sino que el usuario las encuentre útiles, se familiaricé con ellas y puedan convertirse en un punto de contacto que construya una relación a largo plazo.

Por otro lado, así como durante el confinamiento los usuarios son más proclives a estar interesados en ofertas y mensajes para realizar compras en línea, transacciones y operaciones desde su celular, también se han vuelto más susceptibles a considerar determinadas acciones como invasivas. La pandemia ha transformado radicalmente los hábitos de consumo, por ello sólo aquellos que sean capaces de anticiparse a esas nuevas necesidades, integrar todos sus esfuerzos digitales y reparar lo suficiente en buscar humanizar sus marcas podrán establecer una conexión más poderosa con los usuarios.

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Stefanie Klinge
Miguel Dallos