viernes, abril 18, 2025

En el mundo de la publicidad y el mercadeo, al pensar en Inteligencia Artificial (IA) es común evocar cientos de herramientas diseñadas para mejorar la segmentación de audiencias, optimizar presupuestos, realizar análisis predictivos o utilizar LLMs (modelos de lenguaje de gran tamaño) que han revolucionado el sector en los últimos años con respuestas casi mágicas y, a veces, alucinaciones.

Esta realidad demuestra que la IA ha transformado la industria publicitaria, permitiendo procesar grandes volúmenes de datos y optimizar campañas como nunca antes. ¿Pero es solo eso?

Aunque muchas marcas ven esta tecnología como un motor de eficiencia, su mayor impacto se dará cuando aprovechemos todo su potencial como puente para la interacción humana, facilitando conexiones auténticas y llevando la personalización y la creatividad a otro nivel.

De la optimización a la conexión: un cambio de enfoque

La publicidad ha pasado de mensajes masivos a estrategias personalizadas. La revolución de la IA nos permite adaptar el contenido en tiempo real, según los intereses y emociones del público.

El reto no es solo mostrar anuncios más precisos; es usar la IA para crear experiencias memorables, interactivas y significativas a partir de datos en vivo y canales tradicionales. En eventos como ISE 2025, ya se vislumbra cómo esta tecnología transforma la publicidad exterior en algo dinámico e inmersivo.

Por ejemplo, en LG hemos desarrollado la pantalla LED cinética impulsada por IA. Con 88 paneles LED giratorios, permite a los usuarios subir fotos mediante un código QR. La IA transforma estas imágenes en ilustraciones estilo Pop Art proyectadas en tiempo real, integrando al consumidor al contenido y generando una conexión emocional con la marca.

Repensando el uso de la IA en publicidad

La clave en 2025 es ir más allá de la segmentación y la automatización. La IA debe ayudarnos a crear experiencias que conecten genuinamente con las personas. La publicidad más efectiva no es la que llega al público adecuado, sino la que lo integra en la historia.

Para lograrlo, es fundamental equilibrar el análisis de datos con la creatividad y la sensibilidad humana. La IA puede identificar patrones y predecir tendencias, pero son las ideas y la emoción las que transforman esa información en campañas memorables. No se trata de reemplazar la creatividad con algoritmos, sino de potenciarla. Al combinar datos con narrativas auténticas y mensajes oportunos, podemos cambiar la forma en que las marcas se relacionan con su audiencia.

El llamado: pasar de la herramienta al impacto

La IA en publicidad no es solo un motor de eficiencia, sino una oportunidad para reinventar la conexión con las audiencias, integrándolas a la historia y transformando la experiencia publicitaria en algo más humano.

El reto para los profesionales del sector no es decidir si usar IA, sino cómo emplearla para generar un impacto real. ¿Estamos aprovechando su potencial para crear experiencias que resuenen en las audiencias o seguimos viéndola únicamente como una herramienta de segmentación y automatización?

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