Este 29 de septiembre, se conmemora el Día del Maíz. A propósito, un análisis por el consumo de este alimento emblemático y uno de los cultivos más representativos en América Latina.
En Colombia, el maíz es el tercer cultivo con mayor superficie de siembra después del café y el arroz; y es el país con mayor volumen de importaciones en Suramérica y el séptimo en el mundo, según la FAO. De ahí su importancia económica, social y cultural.
Independientemente de la región, este grano tiene una dimensión social muy importante en la alimentación y tradiciones latinas, abarcando un sinfín de preparaciones como las arepas, las empanadas, los pasteles, las tortillas, los tamales, entre otros alimentos que honran las raíces que se comparten en américa central y del sur.
Es uno de los principales componentes en la dieta de los latinoamericanos. De acuerdo con la Federación Nacional de Cultivadores de Cereales (Fenalce), un colombiano consume en promedio 30 kg de maíz al año; mientras que, en todo el continente, se consumen entre 50 y 200 kilogramos por año.
De acuerdo con Index Mundi, en Colombia, el maíz amarillo tecnificado aporta la mitad de la producción total, seguido por el maíz blanco tecnificado, con un aporte de un cuarto de la producción total. Los principales departamentos productores de este cereal en Colombia son Córdoba, seguido por el Valle del Cauca. Y las regiones Andina, Orinoquía y Caribe son las que tienen mayor concentración y consumo de maíz en el país, según datos publicados por Fenalce.
Además, según la Superintendencia de Industria y Comercio de Colombia, son los pequeños productores quienes aportan el 50% de la producción nacional y se estima que aproximadamente 200.000 familias dependen de esta actividad.
“El consumo de este grano con regularidad, permite alcanzar el requerimiento diario de fibra, vitaminas y minerales; que se relaciona como principal fuente de energía del cerebro y los músculos. De ahí la importancia de impulsar proyectos que hagan del campo un sector más sustentable y autosuficiente”, señala Elisa Gómez, gerente regional de nutrición para Kellogg Latinoamérica.