Herramientas como ChatGPT y otras similares han contribuido a aumentar la conciencia sobre la presencia de la Inteligencia Artificial en nuestra vida diaria. Pero, ¿qué pasa para los negocios? ¿Hacia dónde va esa Inteligencia Artificial? ¿Y qué va a aportar realmente en el desarrollo de cada una de las empresas?

El primer desafío es mantener el foco en el cliente y no exclusivamente en la tecnología, es decir, el cliente debe ser el guía para el desarrollo de iniciativas de inteligencia artificial en las empresas, como nuevos canales de atención y comercio electrónico para mejorar la experiencia. Para ello, hay que ir un paso más adelante del cliente, pensando hoy en cómo esa Inteligencia artificial le va a ayudar a un cliente a tomar las mejores decisiones, pero es el cliente quien decide en qué momento hay que implementarlo.

Santiago Martínez, advierte sobre el riesgo de implementar la IA antes de que el cliente esté preparado, lo que podría generar rechazo o incomodidad, así como el peligro de hacerlo demasiado tarde, lo que podría afectar la posición competitiva de la empresa. “Son los clientes los que deben dar la pauta del momento correcto de implementar. ¿Por qué? Si yo lo implemento antes, los asustó”

La clavé está en monitorear constantemente lo que el cliente necesita para mejorar su experiencia de compra y de servicio; con base en esto se deben tomar las decisiones correctas sobre los tiempos de ejecución de todos los proyectos de inteligencia artificial y de tecnología en general.

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