miércoles, febrero 12, 2025
Tecnología

Elon Musk hace una oferta millonaria por OpenAI y recibe un rechazo contundente

El magnate sudafricano es crítico de la reestructuración de OpenAI y, con su oferta, mostró diferentes intereses: tecnológicos, de innovación, de mercado y de control.

En el mundo del marketing digital y la tecnología, pocas noticias generan tanto revuelo como las relacionadas con Elon Musk. Esta vez, el magnate sudafricano ha vuelto a ser protagonista de un episodio que combina ambición, rivalidad y una oferta económica que roza los 100.000 millones de dólares. Sin embargo, el desenlace no ha sido el que Musk esperaba.

Musk, conocido por sus audaces movimientos empresariales, lidera un consorcio de inversores que ha presentado una oferta de 97.400 millones de dólares para adquirir todos los activos de OpenAI, la empresa matriz de ChatGPT. Esta propuesta, una de las más cuantiosas en la historia de la tecnología, buscaba consolidar el control sobre una de las compañías más innovadoras en el campo de la inteligencia artificial.

La oferta tiene historia detrás. No todo el mundo sabe que Musk, quien fue cofundador de OpenAI en 2015, abandonó la empresa en 2019 para fundar su propia firma de IA, xAI. Desde entonces, la relación entre el magnate y Sam Altman, CEO de OpenAI, ha estado marcada por tensiones y desencuentros. Esta oferta parece ser el último capítulo de una saga que mezcla intereses comerciales y visiones contrapuestas sobre el futuro de la inteligencia artificial.

La respuesta de Sam Altman no se hizo esperar. Con una dosis de ironía, Altman rechazó la oferta de Musk y le propuso una contraoferta: "No gracias, pero compraremos Twitter por 9.740 millones de dólares, si quieres". Esta réplica, publicada en la red social X (antiguamente Twitter), hace referencia a la adquisición de la plataforma por parte de Musk en 2022 por 44.000 millones de dólares.

El rechazo no solo fue contundente, sino que también dejó en evidencia las diferencias entre ambos líderes. Mientras Musk busca recuperar el control de OpenAI, Altman y su equipo están enfocados en un proceso de reestructuración que transformará la empresa en una entidad con ánimo de lucro, un cambio que consideran esencial para su supervivencia en el competitivo mercado de la IA.

Elon Musk no ha ocultado su desacuerdo con la dirección que OpenAI ha tomado en los últimos años. A través de su abogado, Marc Toberoff, el consorcio liderado por Musk argumentó que la compensación ofrecida es justa, dado que OpenAI está abandonando su estatus original sin ánimo de lucro. "Es vital que la entidad sin ánimo de lucro sea compensada por lo que está perdiendo: el control sobre la tecnología más transformadora de nuestro tiempo", declaró Toberoff.

Por su parte, OpenAI defiende que su reestructuración es necesaria para asegurar su longevidad y capacidad de innovación. La empresa planea completar este proceso en 2026, con el objetivo de seguir atrayendo inversiones y compitiendo en un sector que avanza a un ritmo vertiginoso.

Aunque la oferta de Musk ha sido rechazada, el consorcio que lidera ha dejado claro que está dispuesto a igualar o superar cualquier otra propuesta que surja en el futuro. Mientras tanto, OpenAI sigue adelante con sus planes, respaldada por su posición como una de las empresas líderes en inteligencia artificial.

Este episodio no solo refleja la intensa rivalidad entre dos de las figuras más influyentes en el mundo de la tecnología, sino que también plantea preguntas sobre el futuro de la IA y quién controlará su desarrollo. ¿Será Musk capaz de recuperar su influencia en OpenAI? ¿O Altman logrará mantener el rumbo de la empresa hacia nuevos horizontes?

Adicionalmente, también ha reavivado el debate sobre las ambiciones del magnate en el ámbito de los sistemas informáticos gubernamentales. En particular, este movimiento se enmarca en un contexto más amplio en el que Musk ha estado vinculado a iniciativas que buscan influir en la infraestructura tecnológica de los Estados Unidos, incluyendo sus polémicas conexiones con Dogecoin (DOGE) y sus proyectos de inteligencia artificial.

Elon Musk no es ajeno a los sistemas informáticos gubernamentales ya que a través de empresas como SpaceX y Starlink, ha logrado posicionarse como un proveedor clave de servicios de comunicación satelital para agencias federales y militares. Sin embargo, su interés en OpenAI sugiere una expansión de sus ambiciones hacia el control de tecnologías de inteligencia artificial, que cada vez son más críticas para la seguridad nacional y la toma de decisiones gubernamentales.

La oferta por OpenAI podría interpretarse como un intento de Musk por consolidar su influencia en el desarrollo de IA, una tecnología que, en manos de gobiernos, puede ser utilizada para la vigilancia, la ciberseguridad y la automatización de procesos críticos. Si bien Musk ha defendido públicamente la necesidad de regulaciones éticas en la IA, sus acciones plantean preguntas sobre si busca ser un actor clave en la definición de esas normas o simplemente asegurar una posición dominante en el mercado.

Lo que está claro es que, en el mundo del marketing digital y la tecnología, las batallas no se libran sólo en el mercado, sino también en los tableros de negociación y en las redes sociales. Y esta, sin duda, es una batalla que seguirá dando de qué hablar.

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