Durante los más de veinte años que llevo trabajando en distintos cargos, he tenido la oportunidad de vivir experiencias y retos profesionales que me permitieron adquirir aprendizajes invaluables. Sin embargo, el Covid-19 es, sin duda, uno de los desafíos profesionales más grandes que he enfrentado y creo que muchos de mis colegas están de acuerdo.
La pandemia, no solo aceleró los procesos dentro de las organizaciones, impartiendo el teletrabajo o la transición de las consultoras de Natura hacia el “social selling”, sino también logró que, como humanos y profesionales, adquiriéramos una resiliencia nunca antes vista. De cara a los líderes de las organizaciones, la resiliencia permite enfrentar desafíos y conducir a los equipos de trabajo con fuerza y valentía en situaciones de cambio.
En el mundo de hoy, la implementación de cambios al interior de las organizaciones no es viable a menos que los líderes construyan cercanía con los empleados. Antes de desarrollar cualquier proyecto y difundir lineamientos con los equipos, es clave compartir el razonamiento detrás de cada una de las metas. De esta manera, es posible ejecutar un trabajo con contexto y conseguir lo mejores resultados.
También, conocer y entender las necesidades de cada uno de los colaboradores e identificar sus oportunidades de desarrollo es determinante para poder impulsar el talento dentro de una organización así como la evolución personal y profesional.
Es clave que, como líderes, vayamos más allá de buscar una excelente rentabilidad y actuemos en coherencia con el propósito de las organizaciones para las que trabajamos. Esto se puede lograr no solo mediante el cumplimiento de las metas, sino también manteniendo a nuestros equipos unidos y motivados, buscando la prosperidad en conjunto y generando acciones que dejen una huella positiva en el planeta y las personas que lo habitan.