Los estudios muestran que el desperdicio de alimentos plantea un desafío crítico a nivel mundial. En respuesta, la industria se enfoca en innovaciones como el ‘Envase del Futuro’, diseñado para prolongar la vida útil de los productos perecederos y promover prácticas más sostenibles en toda la cadena de suministro.
El impacto del desperdicio de alimentos ha cobrado relevancia en el escenario mundial, y la industria está respondiendo con soluciones innovadoras. Según los datos de la FAO, aproximadamente el 14% de los alimentos, valuados en 400 mil millones de dólares, se perdieron entre la etapa de cosecha y distribución, generando no solo escasez alimentaria, sino también un uso ineficiente de recursos naturales.
Además, el Grupo Banco Mundial había proyectado que para el año 2050, cerca de un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero estarían relacionadas con los sistemas alimentarios. Con una población mundial en aumento, estimada en 10 mil millones de personas para ese período, se esperaba un aumento del 60% en la producción de alimentos para satisfacer la demanda.
Frente a estos desafíos, los estudios de Tetra Pak revelaron una demanda en crecimiento constante de envases más sostenibles. Los consumidores buscaban activamente productos con envases que tuvieran un menor impacto ambiental y estaban dispuestos a pagar más por ellos.
Durante el IV Congreso Agroindustrial de la Andi, celebrado en Medellín los días 28 y 29 de septiembre, Edwin Rozo, Gerente de Desarrollo de Negocios de Tetra Pak Andina, enfatizó la importancia de ampliar la vida útil de los alimentos perecederos y aplicar soluciones innovadoras para reducir el desperdicio. El "envase del futuro" se presentó como una respuesta prometedora a este desafío global.
Rozo resaltó la necesidad de que las empresas de alimentos, los gobiernos y las compañías de envasado lideraran una transformación hacia una industria más sostenible. Asimismo, subrayó tres pilares fundamentales para adaptarse a la nueva tendencia de envasado de alimentos y bebidas:
1. Trazabilidad: garantizar la seguridad alimentaria y reducir el desperdicio.
2. Reducción de desperdicios: ampliar la vida útil de los alimentos perecederos sin necesidad de conservantes ni refrigeración.
3. Sostenibilidad: contribuir con la reducción de residuos, fomentando prácticas que favorezcan el reciclaje y la economía circular.
En su discurso, Rozo afirmó que el "Envase del Futuro" era la respuesta concreta al desafío global del desperdicio de alimentos, destacando la importancia de garantizar la seguridad alimentaria y promover la sostenibilidad como prioridades fundamentales.