Nucita produce más de 170 millones de unidades que se distribuyen en más de 15 países, conquistando paladares en todo el mundo.
Nucita es una renombrada marca de confitería colombiana famosa por su crema de chocolate y avellanas. Su distintivo sabor y versatilidad en presentaciones como cunitas, crema esparcible y otros productos la han convertido en un ícono dulce en Colombia, deleitando a generaciones de consumidores con su exquisito sabor. Este año, bajo el lema "juntos siempre", demuestra cómo ha sido parte de la vida de los colombianos durante casi 50 años.
La historia se remonta a mediados de la década de 1970, cuando Colombina adquirió la fórmula de una compañía italiana para comenzar la producción de su crema de chocolate. A lo largo de esos años, Nucita ha evolucionado, ofreciendo no solo su presentación más conocida, la cunita, sino también otras formas de disfrutar de su característico sabor, como crema esparcible, barquillos, bombones de chocolate, modificador de leche, helados, galletas tipo wafer y caramelos masticables. Uno de sus últimos lanzamientos incluye alianza con la marca McDonald 's para lanzar el McFlurry de Nucita.
Anualmente, más de 170 millones de unidades de la marca salen al mercado, llegando a más de 15 países, entre ellos Estados Unidos, Barbados, Chile, Nueva Zelanda, Jamaica, St. Kitts y Perú. Estos productos se distribuyen bajo las marcas Nucita, Nutellini, Nutino y/o Nutty, llevando el sabor colombiano a diversas partes del mundo.
“Nucita, es una marca icónica que nos ha acompañado por años a muchas generaciones y alrededor de la cual todos han podido descubrir un ritual favorito; comer cada lado de su delicioso chocolate blanco o negro, mezclarlo, comerlo con su palito o con el dedo y/o raspar las equinas de su cajita. Nucita siempre traerá un recuerdo y una manera divertida para disfrutarla y compartir” afirma Mauricio Escobar, vicepresidente Corporativo de Mercadeo de Colombina.
Nucita, además de su sabor distintivo, está intrínsecamente ligada a la imagen de la ardilla, que ha sido su mascota desde 1992 y ha acompañado los jingles que han dejado una huella imborrable en generaciones de consumidores; actualmente, la ardilla continúa siendo un símbolo y uno de los activos más valiosos de la marca.