Dos años después del inicio de la pandemia, muchos modelos de consumo cambiaron. Ahora las personas prefieren los servicios a domicilio, comprar elementos ecológicos o, en otros casos, eligen no comprar. Pero ¿la belleza y el cuidado de la piel han entrado en estas nuevas tendencias?
Para dar respuesta a este interrogante, Kantar ha liderado un informe de belleza global que busca inspirar a las empresas para que la innovación haga parte de los procesos de transformación y creación de productos para el cuidado de la piel y los cosméticos.
En esta oportunidad, además de realizar entrevistas e investigaciones, utilizamos la tecnología como parte fundamental en la construcción de este informe. Hicimos uso de data histórica de los años 2017 al 2021, data predictiva del 2022, evaluamos más de 17.000 tendencias y más de un billón de datos identificados con big data.
Con todo este material se identificaron las tres principales necesidades que tiene una persona a la hora de elegir sus productos del cuidado de la piel y los cosméticos. La primera es la protección, esta se refiere a la seguridad física, el cuidado de la piel y a la construcción de identidad y estatus a través del maquillaje.
La segunda es el bienestar, significa que los consumidores quieren habilitar no solo la salud mental, sino también la salud física a través de la categoría de belleza; se quieren dejar llevar por las experiencias y sensaciones que se vinculen con el incremento del estado de ánimo o el poder brillar ante la sociedad.
La tercera, denominada Flow, se refiere al acceso a productos y servicios cuando y donde los necesita, casi que se convierte en un anhelo inminente por la inmediatez. Los consumidores de productos de belleza desean una conexión emocional más fuerte con los productos anclados específicamente a la tranquilidad y la comodidad.
Estas tendencias están siendo altamente impulsadas por influencers. En Latinoamérica, cerca del 58% de las personas dicen haber aprendido cómo cuidarse y/o maquillarse usando las redes sociales y viendo cómo influenciadores comparten su rutina, cambiando la forma en que se da la adopción de hábitos de cuidado personal, pasando de ser transmitida desde el hogar a ser influenciada por terceros.
Por otro lado, se identificó que los productos más buscados son las sombras, los labiales, el delineador y el brillo de labios, los polvos y los productos del cuidado de la piel. Esta búsqueda está directamente relacionada con el consumo ecológico, limpio, vegano, verde, orgánico y/o sostenible, pues estos aspectos son de suma importancia para el consumidor en el producto como tal y sus empaques.
En definitiva, el consumidor va a buscar marcas que lo ayuden a crear su identidad natural o sobrenatural, generar nuevas experiencias y contribuir con el cuidado del medio ambiente. Además, querrá sentirse identificado con aquellas que entiendan que la belleza le ayuda a crear algo mágico, a través de productos que satisfacen múltiples necesidades.
En este sentido, las marcas identificarán oportunidades para capturar y satisfacer estas necesidades cambiantes. Tendrán que ser capaces de mantenerse al tanto de las tendencias emergentes y de esta manera ofrecerle al mercado productos que cumplan con todas las expectativas de los consumidores.
