En un mundo donde la ciencia y la medicina buscan constantemente soluciones innovadoras para mejorar la calidad de vida de las personas, a veces las respuestas más sorprendentes provienen de lugares inesperados. Este es el caso del ping pong, un deporte que, más allá de ser un pasatiempo divertido, se ha convertido en una herramienta poderosa para combatir los efectos del Parkinson.

Inspirados por investigaciones que demuestran los beneficios del ejercicio, la coordinación mano-ojo y la interacción social para retrasar el avance del Parkinson, SPIN se unió a PingPongParkinson y abrió sus puertas para ofrecer mesas de ping pong gratuitas a pacientes con esta condición. Más de 50 jugadores, acompañados por voluntarios, participan en sesiones que incluyen ejercicios de calentamiento, vocalización, malabares y entrenamiento con coaches profesionales.

Según la Organización Mundial de la Salud, OMS, el Parkinson afecta a más de 8,5 millones de personas en el mundo, por lo cual soluciones terapéuticas como la que ofrecen SPIN y PingPongParkinson son relevantes.

La historia detrás del movimiento

Nenad Bach, músico reconocido internacionalmente por haber compartido escenario con leyendas como Luciano Pavarotti, U2 y The Grateful Dead, fue diagnosticado con Parkinson en 2010. Tras perder la capacidad de tocar la guitarra, Bach descubrió en el ping pong una forma de terapia que le permitió recuperar parte de su movilidad y, eventualmente, volver a tocar su instrumento.

“La música y el ping pong han sido las formas de terapia más poderosas para mí”, compartió Bach. “Creo que podemos curar el Parkinson para 2027. Aunque la ciencia es crucial, el amor, el apoyo y la diversión son igualmente esenciales en este camino”.

Hoy, PingPongParkinson es un fenómeno global, con capítulos en más de 25 países y torneos competitivos que reúnen a jugadores de todo el mundo.

Para contar esta historia, SPIN y PingPongParkinson lanzaron “A Game of Hope”, un documental dirigido por Juan Carlos Ortiz, publicista colombiano. La película no solo muestra el impacto del ping pong en la salud y el bienestar de los pacientes, sino que también narra el viaje personal de Bach y su lucha contra el Parkinson.

En este contexto,el ping pong ha demostrado ser mucho más que un juego: es una herramienta de transformación, y un recordatorio de que, incluso frente a desafíos tan complejos como el Parkinson, la combinación de actividad física, conexión humana y alegría puede marcar una diferencia profunda. Esta iniciativa no solo está cambiando vidas, sino que también nos invita a repensar cómo abordamos la salud y el bienestar.

Para obtener más información sobre cómo participar en las sesiones de PingPongParkinson en SPIN o sobre la expansión nacional de este programa, visita wearespin.com y PingPongParkinson.org.

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