Hace una semana, exactamente, más de seis días, Abelardo de la Espriella, abogado reconocido en el país, publicó un video en su cuenta de Instagram hablando sobre cómo había logrado bloquear la publicación de la serie Medusa de Netflix. Según él, la serie dañaba la reputación de una familia de Barranquilla.

El video desencadenó debates en redes sociales, dejando a muchos entre la incredulidad y la curiosidad. En el caso de De la Espriella, su influencia—amplificada tanto por seguidores como por detractores—terminó convirtiendo a la serie y a su video en tema de conversación, dándole un inevitable tinte político. Además, con su mensaje, por más que dijera ‘no lo veas’, más de uno ya se estaba preparando para verlo.

Hoy es el estreno de la serie, y, como era de esperarse, Abelardo De la Espriella publicó otro video en el que asegura que, si bien perdió el caso, lo llevará a la Corte Constitucional, exigiendo que tanto Netflix como Medusa paguen por lo ocurrido, pues comenta que perdió la batalla, pero no la guerra.

Lo interesante aquí es cómo la figura pública cierra el video con un mensaje contundente: ''Invito a todos los colombianos a que, bajo ninguna circunstancia, vean esa serie. Es un horror''. Después de estas palabras el siguiente paso fue colocar el tráiler de la serie.

En este punto, queda claro: no se trata de ninguna familia ni empresario colombiano, ni un hecho real, era todo ficción. Es una estrategia para que todos habláramos de ello y viéramos la serie. Claro que esto generó un efecto mediático. Varios de los comentarios aún siguen en debate, mientras que otros ya entendieron que se trata de una campaña.

• "Con las escenas al final se confirma el Marketing. Muchos nos comimos el cuento", @kenanleonardo
• ''Publicidad. No la vean para que la vean ?", @hazteunclick
• ''Dando cátedra en marketing'', @nestorvanegasr
• ''Esa serie no la conocía nadie, hasta que Abelardo le hizo esa tremenda publicidad, que crack, el éxito de esa serie se la deben al gran Abelardo'',@ricardomedina14

Al final, la curiosidad y las teorías sobre qué familia se veía afectada en su reputación crearon una conversación en torno a Medusa. La controversia generó mensajes fuertes, políticos e incluso llamados a la censura. Este tipo de estrategias evidencian algo clave para el sector: más allá de la serie y su campaña, los temas de país y política pesan, y hay que saber manejarlos.

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