El año 2024 estuvo marcado por un panorama global desafiante para la inversión extranjera, debido a factores como la desaceleración económica, las tensiones geopolíticas y el aumento en las tasas de interés en diversas economías. En este entorno, Colombia ha experimentado una contracción en la inversión extranjera directa (IED) del 18.32% hasta noviembre de 2024, alcanzando un total de USD $9.979 millones respecto a los USD $12.217 millones obtenidos en el mismo periodo del 2023. Hasta el momento, abril ha sido el mes con mayor recepción de IED con USD $1.555 millones, seguido de enero (USD $1.294 millones) y febrero (USD $969 millones) según cifras del Banco de la República. Sin embargo, el país continúa siendo un destino atractivo para los inversionistas, ocupando el quinto lugar en la recepción de IED en América Latina durante el primer semestre de 2024, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

A pesar de la disminución general en la inversión extranjera directa (IED), algunos sectores han demostrado una notable resiliencia y un alto potencial de crecimiento. El sector minero-energético se ha mantenido como uno de los principales receptores de inversiones extranjeras sumando USD $7.143 millones y aportando el 71,8% de esa inyección de capital en Colombia, aunque este sector también ha enfrentado desafíos importantes en contraste con las cifras obtenidas en 2023. Esto se debe a la caída en la producción de gas y las restricciones regulatorias y normativas sobre actividades exploratorias, las cuales han afectado la confianza de los inversionistas. No obstante, se prevé que, con un marco regulatorio más claro y estable, este sector pueda atraer nuevamente flujos de capital significativos.

“Si bien el 2024 fue un año desafiante, con una disminución en los flujos de IED, Colombia sigue teniendo un gran potencial para atraer inversión, pero es fundamental garantizar la seguridad jurídica, mejorar la infraestructura y eliminar barreras burocráticas para ser un país más competitivo, especialmente en el contexto del nearshoring. Cabe resaltar que, competimos no solo con países de América Latina como México en este ámbito, sino también a nivel global. Además, sectores como energía, tecnología y minerales estratégicos para la transición energética presentan grandes oportunidades que deben ser respaldadas con normativas claras y estables. Un diálogo claro y alineado entre el Gobierno y el sector privado será clave para consolidar a Colombia como un destino atractivo para los inversionistas en 2025”, afirmó Ricardo Triana, director ejecutivo del Consejo de Empresas Americanas (CEA Colombia).

Las proyecciones económicas para Colombia son positivas a medida que se avanza hacia 2025. Se espera que el PIB de Colombia experimentará un aumento entre el 2,4%, según la Anif, y el 3% en 2025, conforme a las proyecciones del Banco Mundial, impulsado principalmente por una recuperación del consumo privado y una mayor inversión en infraestructura y manufactura. Este crecimiento no solo se espera que beneficie a los sectores tradicionales, sino que también abrirá nuevas oportunidades para inversiones en áreas emergentes como la tecnología y la sostenibilidad.

Así mismo, el nearshoring se posiciona como una estrategia clave para Colombia en este escenario económico. Este fenómeno, que implica la reubicación de operaciones industriales y de servicios cerca de los mercados finales, especialmente Estados Unidos, presenta un gran potencial para el país. La ubicación geográfica estratégica de Colombia, que cuenta con acceso tanto al océano Atlántico como al Pacífico, junto con una fuerza laboral joven y capacitada, lo posicionan favorablemente frente a otros destinos en América Latina. Además, ciudades como Bogotá y Medellín están desarrollando infraestructuras logísticas competitivas que facilitan esta transición.

El Consejo de Empresas Americanas (CEA Colombia) reafirma su compromiso con la promoción de un entorno favorable para la inversión extranjera en el país. A pesar de los desafíos enfrentados en 2024, las proyecciones económicas son alentadoras, con expectativas de crecimiento del PIB y un panorama de inversión que sigue siendo atractivo. Es crucial que tanto el sector público como privado trabajen en conjunto para fortalecer la seguridad jurídica y mejorar la infraestructura, lo que permitirá a Colombia consolidarse como un líder regional en atracción de inversiones sostenibles. Con un enfoque renovado en la colaboración y la innovación, el país tiene el potencial de transformar sus retos en oportunidades, asegurando así un futuro próspero y competitivo para los inversionistas.

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