El mundo moderno ha venido a resaltar una palabra que es cada vez más común en múltiples escenarios: diversidad. Si bien hace décadas era entendida principalmente como la variedad de múltiples culturas, razas o etnias, el concepto se ha reforzado para integrar un rango amplio de diferencias entre seres humanos, que incluye –y no se limita– a raza, etnia, género, identidad de género, orientación sexual, edad y clase social.
Y a la vez que ha ampliado esa variedad de términos que engloba, la diversidad se ha puesto de manifiesto en escenarios sociales y empresariales, en los que hoy es un elemento clave en la manera en la cual nos relacionamos y hacemos negocios.
Actualmente, la diversidad se ha consolidado como un aspecto clave en muchas organizaciones globales, evidenciando un interés genuino por integrarla como parte esencial de sus prácticas empresariales. Si bien en sus inicios algunas empresas abordaron el tema por moda, presión social o exigencias normativas, hoy queda claro que la diversidad no solo es valiosa, sino que genera resultados positivos y tangibles.
En Colombia, por ejemplo, según la Asociación Nacional de Industriales (ANDI), el 63% de las empresas cuenta ya con políticas de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI); para el 2023, el 44% de las compañías tenía un presupuesto destinado a este concepto.
Diversidad como eje transformador
“El mundo de los negocios es siempre cambiante, pero una cosa se mantiene: las organizaciones que abrazan las diferencias de sus colaboradores son las que triunfarán”. La frase, de la firma Great Place to Work (reconocida en el mundo por analizar los niveles de satisfacción de los entornos laborales), enmarca lo que hoy significan la Diversidad, la Equidad y la Inclusión en ambientes de trabajo. Lejos de ser un número en la nómina (mujeres, personas LGBTI o discapacitados como porcentaje del total de empleados), la diversidad tiene una alta relevancia pues a ella se asocian temas como innovación, productividad, rentabilidad, eficiencia y mejores ambientes laborales.
Para el 2021, luego de que la pandemia exigiera un replanteamiento en las dinámicas sociales y laborales, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) realizó el estudio ‘Transformar las empresas mediante la diversidad y la inclusión’. En este se reveló que aquellas organizaciones con niveles más altos de diversidad de género en sus equipos ejecutivos tuvieron un 25% más de probabilidad de superar a sus competidores en términos de rentabilidad; esto aumentó a 36% cuando se trató de diversidad cultural y étnica.
Las cifras coinciden con las de un reciente estudio de la firma de consultoría McKinsey & Company, que destaca que las empresas que llevan como bandera a la diversidad dentro sus equipos de trabajo tienen un 39% más de probabilidades de obtener mejores resultados financieros que las que no lo hacen.
A su vez, el Foro Económico Mundial reportó que cuando las compañías promueven culturas inclusivas, es posible generar hasta un 20% más de innovación y un porcentaje similar en el aumento de los ingresos.
Buscando la innovación
Es precisamente el tema de innovación el que muchas organizaciones han encontrado como uno de los elementos de mayor impacto cuando se habla de equipos diversos. Una investigación del reconocido analista de recursos humanos Josh Bersin asegura que las compañías que fomentan la inclusión tienen casi el doble de probabilidades de destacarse como líderes en innovación dentro de sus sectores.
Vale la pena mencionar a compañías como Intel, que ha hecho del tema parte fundamental de sus valores, con una conciencia de que integrando diversidad, equidad e inclusión puede impulsar la innovación y promover un fuerte crecimiento de su negocio. En todo el mundo, la tecnológica cuenta con un alto componente de igualdad de género, así como equipos con personas de distintas razas, etnias, orientación sexual, edad y discapacidad.
Great Place to Work resalta que, independientemente de la industria, aquellas empresas que buscan integrar distintos puntos de vista experimentan tasas más altas de innovación. De hecho, menciona que muchos líderes todavía asocian la innovación con expertos, tecnólogos o profesionales en investigación y desarrollo que le permitan a la compañía crecer. No obstante, lo cierto es que la innovación está directamente asociada a la gente y a ese intercambio de ideas entre personas que se pueda dar en equipos con distintos modos de pensar.
A la par de la innovación, hay otros beneficios comprobados cuando se trata de equipos de este tipo. Por ejemplo, hay cabida para la creación de ideas distintas, pues el contexto totalmente diferente de cada persona aporta en el ejercicio creativo. Así mismo, la toma de decisiones se da de una manera más acertada. Expertos mencionan que cuando los equipos aumentan su nivel de diferencias, se incrementan las posibilidades de elegir una idea ganadora o asumir una posición más adecuada.
La triada de diversidad, equidad e inclusión se posiciona cada vez más en el contexto empresarial mundial, evidenciando que se trata de una ganancia para todas las partes involucradas. Mientras las minorías tienen cabida en contextos en los que por generaciones estuvieron vetadas, las compañías obtienen más oportunidades, mayor rentabilidad y mejores equipos de trabajo. Al final, es la gente quien mueve las organizaciones, y allí hay muchas oportunidades para seguir creciendo.
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