domingo, noviembre 24, 2024
Intel

Ibai Llanos, el streamer español más importante de habla hispana, es el mejor ejemplo del porqué el ecosistema gamer es un caso de éxito en la creación de comunidades.

En 2019, Ibai empezó transmitiendo para algunos conocidos partidas de League of Legends, un videojuego de roles en el que participaban él y sus amigos más cercanos. Eran sesiones con 20 o 30 personas en línea, como mucho.

Basta ver los números actuales para entender el fenómeno alrededor de esta personalidad. El pasado 13 de julio, este joven de apenas 29 años organizó uno de los eventos de boxeo más grandes del mundo: reunió en el Santiago Bernabeu, el estadio del Real Madrid, a 80.000 personas, entre las que se encontraban gamers, futbolistas, cantantes y seguidores. Retransmitió el evento a través de su canal en Twitch y alcanzó los 4,3 millones de personas en vivo en el mayor pico de audiencia.

Cuando se les pregunta por el éxito del segmento a los representantes de la industria, muchos coinciden en que la pandemia fue la catapulta para el ecosistema gamer. Anclados a los streamers, el negocio reportó un crecimiento del 75% en el gasto mundial en videojuegos, datos que fueron soportados por un estudio de Newzoo (proveedor mundial de análisis de e-sports), representándole a la industria ingresos por 205.000 millones de dólares.

DFC Intelligence, firma que elabora estudios de mercado para empresas de videojuegos, encontró que el número de gamers se disparó, entre 2020 y 2023, de 700 millones a 3.100 millones. Esto da cuenta de que el 40% de la población mundial hace un uso constante de consolas, computadores o dispositivos móviles para entretenerse. En opinión de varios de estos ‘famosos’ digitales, el hecho de que el segmento creciera tanto en la pandemia se explicó gracias a que la industria avanzó de tal manera que pudo ofrecer servicios de internet de banda ancha o computadores a precios accesibles.

Encuentro de dos mundos

La comunidad gamer puede ir más allá de las consolas y definirse en eso que demuestra Ibai: la capacidad de fidelizar para conectar a jóvenes comunes y corrientes con estrellas del deporte de élite, cantantes o celebridades.

Era completamente normal, en plena pandemia, que en una misma sala de videojuegos se encontrarán un joven colombiano, Ibai y Thibaut Courtis (arquero del Real Madrid) para disputar una partida del videojuego móvil Among Us ante la mirada de 10.000 espectadores. Justamente ese primer gran acercamiento entre gente del común y grandes personalidades fue una de las bondades del mundo gamer como generador de conexiones entre pares y le dio bases al segmento para convertirse en una comunidad sólida.

La bondad del sector permite que se igualen los roles para darle importancia a un juego que, en realidad, pareciera ser más una reunión de amigos. En agosto de 2020, cuando el mundo todavía estaba restringido por las cuarentenas, Among Us, uno de los títulos más demandados de ese momento, pasó de los 100 millones a los 500 millones de descargas; el juego, por demás, solamente demandaba de una conexión a internet para descargar el aplicativo sin costo y para practicarlo.

En este contexto, la comunidad de gamers ha sabido ir más allá del encuentro entre personalidades y gente del común. Así, se generó la posibilidad para decenas de miles de jóvenes en cualquier parte del planeta de llegar a ser gamers e influenciadores, dándole impulso a sueños que hasta el momento estaban reservados para otras personalidades. DaFonseka, cantante brasileño, empezó como gamer y ahora tiene 230.000 seguidores en plataformas musicales.

Fruto de esa comunión es que hoy también conocemos a un joven talentoso en Gran Turismo, videojuego de competencias automovilísticas, que pasó de la virtualidad a ser un piloto reconocido. Se trata de Jann Mardenborough, británico que logró entrenar con simuladores para luego ser piloto de Nissan en las 24 horas de Dubai, además del Campeonato Europeo de Fórmula 3 de la FIA.

Espacios que superan lo digital

A diferencia de lo que se pueda pensar, ser parte de la comunidad gamer va más allá de tener poder adquisitivo. No es cierto que se requiera de una inyección de capital desbordada para pagar un servicio estable de internet o comprar aplicativos. Los juegos que realmente crearon comunidad no fueron los más costosos; de hecho, fueron los que salían al mercado de manera gratuita, varios de estos elaborados por los mismos miembros de esa extensa comunidad.

Todavía así, y sin demandar inversiones tan altas a manos de los consumidores, la industria crece con números sólidos. Los mismos analistas del mercado estiman que, en 2023, los ingresos del sector de videojuegos repuntaron casi 1% en la variación interanual, llegando a los 184.000 millones de dólares. Statista prevé que, con la inmersión profunda de la realidad aumentada y la Inteligencia Artificial, los ingresos de ese segmento se dispararían hasta los 533.000 millones de dólares para 2027.

No en vano es que personajes reconocidos como Michael Jordan, Will Smith, Gerard Piqué y Jennifer López se han animado a invertir en el segmento. Michael Jordan, uno de los basquetbolistas más importantes de la historia, inyectó 26 millones de dólares en aXiomatic, empresa dedicada a los eSports. Gerard Piqué, campeón del mundo con la Selección Española de Fútbol, se alió con Ibai Llanos para dar vida a la Kings League, una competencia de fútbol en la que participan exfutbolistas, streamers y gamers. La competencia acaba de recibir una inversión de 60 millones de dólares, cuenta con 13 millones de seguidores y alcanzó 80 millones de horas de transmisión.

Es ahí cuando se materializa la comunidad gamer más allá de los computadores y las consolas. Tienen capacidad personajes como el argentino Lucas Rodríguez de convocar 10.000 personas en el Luna Park, de Buenos Aires, para un evento de peleas entre famosos argentinos y latinoamericanos. Lo mismo ocurre con Ibai, quien ahora se pregunta qué más puede hacer más allá de llenar el estadio de uno de los equipos de fútbol más importantes del mundo. Esta comunidad es valiosa porque supo conectar con sus seguidores más allá de un videojuego. Salieron estos personajes de las transmisiones para liderar programas en radio, en vlogs de YouTube, acercarse a jugadores de fútbol, como Messi, que empezaron a preferir espacios de conversación con estos gamers que con los medios tradicionales.

Según el mismo Ibai, su fortuna, después de poco más de cinco años de carrera, es de unos 10 millones de euros. Sin embargo, al preguntarles si prefieren estadios llenos y eventos con celebridades, Ibai y Lucas Rodríguez concuerdan en decir que el lugar al que siempre regresan es al computador para jugar con amigos.

También le puede interesar: ¿Cómo el “Internet Esencial” aumenta la productividad y la seguridad de las compañías?

Stefanie Klinge
Miguel Dallos