viernes, noviembre 22, 2024
Carlos Martinez

A propósito del tema de la más reciente edición de la revista: El ranking de las compañías más grandes de nuestro sector. Quiero invitarlos a hacer una reflexión, sobre el verdadero día a día de las compañías, que siempre estamos en la carrera de crecer y ser más grandes que la competencia. Pero, la pregunta que muchas veces me formulo es ¿Cual es el ranking que las compañías realmente deberíamos perseguir? Normalmente las empresas se miden por ventas, activos, utilidad o variables, fundamentales para entender financieramente una organización.

¿Cuál debe ser el ranking que realmente determine el futuro a largo plazo de la organización?

Normalmente, evaluar la tasa de crecimiento, es la forma usual de predecir el futuro. Sin embargo, como múltiples ejemplos lo demuestran; en una era de cambios constantes y disrupciones como la que vivimos, el pasado no es necesariamente el mejor pronosticador del futuro. Si no, miremos el ejemplo de Yahoo, que desde su salida al mercado, creció por 4 años consecutivos, para después caer en 2001 a números inimaginables. (Hoy la acción cuesta cerca de una tercera parte de lo que costaba en 2000).

Cabe resaltar que ni la tasa de crecimiento que traemos, ni las ventas, ni la utilidad son los rankings adecuados para determinar el futuro de la compañía.

¿Qué deberíamos estar observando para estar tranquilos y saber que nuestra compañía va por buen camino?

Creo profundamente que la única forma de generar un crecimiento sostenible, es enfocarse en generar innovaciones dentro de la compañía; entiéndase por innovaciones, no solamente el lanzamiento de una nueva marca. También, existen innovaciones de producto, de proceso, de comunicación, de cultura y organizacionales. En conclusión: un sin fin de opciones, que debemos mejorar en cuanto a la organización de la empresa. Sin embargo, innovar es más difícil de lo que normalmente nos enseñan.

¿Qué se necesita para innovar?

  • Mentalidad de cambio real dentro de la organización: una empresa normalmente declara que busca constantemente mejorar e innovar, sin embargo, la realidad es que el cambio, genera salirse del status quo y muchas veces salirnos de nuestra zona de confort. No obstante, el “así siempre se ha hecho aquí” y el “así le gusta al jefe” , terminan acabando las ganas de hacerlo diferente.
  • Tener paciencia: Normalmente las compañías vamos persiguiendo la innovación, y cuando creemos que encontramos un camino o idea que parece prometedora, nos entra un afán incontrolable de tenerla ya ejecutada. Aunque, la realidad es que la forma de llegar más rápido, no es corriendo más, es saliendo antes. Como dirían los abuelos, no por despertarse mas temprano amanece antes. El otro elemento clave en este punto, es lograr tener la paciencia para dejar madurar las ideas. El proceso de innovación no es una línea recta, es un camino que con cada aprendizaje, se va construyendo el nuevo paso. Aún así, muchas compañías entran en pánico por cumplir el ranking de ventas y toman la decisión de acelerarse o no dejan evolucionar la innovación por completo.
  • Tolerar el fracaso: La única forma de no caerse es no pararse, pero eso parece haberse olvidado en las organizaciones. Pedimos innovación, pero al primer fracaso castigamos a los innovadores. Si algo nos ha enseñado la vida de los grandes empresarios, es que entre mas caídas tuvieron mas grandes se convirtieron. Lo triste, es que no dejamos que esta cultura de intraemprendimiento florezca en las empresas.

  • Retener el talento bueno y ser capaz de contratar el mejor talento: Las empresas que logran innovar, son empresas que tienen una mezcla de personas internas en unión con el conocimiento de la organización. Estas personas saben cuáles son los dolores del día a día, y son personas que realmente les apasiona la empresa. Por consiguiente, es fundamental que las identifiquemos y las logremos retener. Las empresas perdemos mucho cuando desenamoramos a la gente buena y solo nos quedamos con los empleados promedios que saben decir que sí.
  • Por otro lado, es clave que seamos suficientemente atractivos (y eso normalmente, no lo muestra el ranking de ventas) para atraer personas excepcionales, que puedan innovar y traer conocimientos e ideas externas; personas que buscan hacer las cosas diferentes. Estas son personas que necesitan que les suministren alas en la organización y se les permita realmente hacer cosas distintas.
  • Empatía: La capacidad de una organización, o mejor, de quienes la dirigen de ponerse en los zapatos de los demás es algo vital. Cuando hablo de los demás, me refiero a los clientes, a los proveedores, a los colaboradores y en general a todos los eslabones de la cadena. Sin embargo, muchas empresas maltratan a los proveedores y solo persiguen bajar el precio (para estar mejor en el ranking de utilidades) Incluso, les falta empatía para entender que su consumidor no piensa igual que los “jefes”, por poner algunos ejemplos.

Estos solo son algunos de los elementos que a mi modo de ver, son claves para la innovación, pero que a su vez, son elementos difíciles de medir y por ende no son fáciles de clasificar. Entonces, ¿Nuestra empresa es la más grande, pero en qué?

Carlos A. Martinez
Por: Carlos A. Martinez, director estratégico de Trias Marketing

Trias Marketing.

cmartinez@triasmarketing.com

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