Las pantallas electrónicas cuelgan en las paredes, mostrando horarios de vuelos, puertas de embarque y destinos exóticos que parecen accesibles. El sonido de anuncios y llamadas de última hora se mezcla con el movimiento de equipaje en las cintas transportadoras.

A medida que avanzas por el pasillo principal, puedes ver gente caminando en todas direcciones; sin embargo, tú que estás en calma, notas una galería de arte digital en pantallas cilíndricas, con algunas de las creaciones más conocidas del famoso pintor colombiano Fernando Botero. Sin duda, atraparon tu atención.

Además de las obras de Botero, también puedes apreciar animaciones digitales de cuadros y esculturas de otros artistas latinoamericanos de renombre. Los colores vibrantes y la expresión artística de cada pieza hacen que te sientas inmerso en la riqueza cultural y artística de Colombia y Latinoamérica. Este proyecto funciona como resultado de la vinculación de diferentes actores que deciden sumarse a la iniciativa bajo una determinada promesa de valor.

En primer lugar, los aeropuertos con su objetivo de mejorar la experiencia de las personas que transitan sus espacios. Como muestra, OPAIN –actual operador del aeropuerto internacional El Dorado de Bogotá– ha sido reconocido nuevamente como el mejor de Latinoamérica por su innovación y atención al público.

Este enfoque en pro de mejorar la experiencia del viajero condujo a la instalación de las primeras pantallas en Latinoamérica con capacidad de transmitir contenidos digitales con perspectiva forzada, una técnica destinada a engañar al ojo humano para que perciba objetos como más grandes o pequeños, más cercanos o lejanos de lo que realmente son

En segundo lugar, los museos y entidades promotoras del arte y la cultura buscan llevar sus colecciones al mayor número de personas posible. Volarte trabaja de la mano con organizaciones promotoras del arte y la cultura en toda Latinoamérica. En Colombia, con la subgerencia cultural del Banco de la República y sus prestigiosas colecciones de arte, que incluyen el Museo del Oro, el Museo Botero, el Museo Miguel Urrutia y el Museo Casa de Moneda; en Latinoamérica, con museos y entidades promotoras del arte de todo el continente.

Y, por último, las marcas y empresas que perciben y entienden el valor que tiene apoyar la difusión artística en la región. A la fecha, Volarte ha atraído el interés de dos destacadas marcas del sector privado. La primera en sumarse fue la cadena de hoteles Hilton, que ha estado involucrada en el proyecto desde sus inicios y ha llegado a impactar a más de 40 millones de personas, a través de sus exhibiciones. Además, desde enero de 2023, se unió Priority Pass, una marca líder con 30 años de experiencia en salas VIP en aeropuertos de todo el mundo.

Cada uno de estos actores aporta parte del recurso necesario para hacer realidad esta iniciativa cultural.

Hoy, adicional a El Dorado, esta iniciativa está al aire en el Aeropuerto Ezeiza de Buenos Aires y está próxima a lanzar exhibiciones en otros 8 aeropuertos internacionales. El objetivo de Volarte es llevar lo mejor del arte y la cultura latinoamericana a los aeropuertos más importantes de la región. Con esto, espera impactar más de 500 millones de viajeros en los próximos 24 meses.

Volarte toca el corazón de las personas por medio del arte y la tecnología

El arte es el reflejo de la cultura humana, lo que hace que las marcas que se asocian a él sean capaces de aumentar la retención de sus mensajes y atraer al público de una manera más efectiva. Es decir, podrán conectar con las emociones de las personas, a través del arte y la tecnología.

En la actualidad, el proyecto cuenta con el respaldo de diversas entidades gubernamentales tanto en Colombia como en Latinoamérica. Entre ellas, se destaca el apoyo del Ministerio de Cultura, a través de CoCrea, así como la colaboración de ProColombia en alianzas internacionales, lo que ha permitido el uso de la marca país y la colaboración de diferentes embajadas en la región.

Las voces de los anuncios de embarque resuenan y, finalmente, llega el momento de abordar su propio vuelo. Las personas se dirigen hacia la puerta de embarque con el recuerdo de una experiencia imposible de borrar.

Artículo publicado en la edición #488 de los meses de octubre y noviembre de 2023.

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