Ante la necesidad de impulsar la tecnología, innovación y sostenibilidad en la industria de los empaques plásticos, Dow desarrolló una familia de resinas con 100% de plástico reciclado posconsumo (PCR).
Dow, la compañía dedicada a la elaboración y venta de materiales plásticos, agrícolas y otros productos y servicios especializados, presenta la familia de resinas Revoloop, fabricadas con 100% de plástico reciclado posconsumo (PCR), con la cual busca ofrecer calidad y rendimiento en empaques de diversas industrias y cotribuir, además, a incrementar el reciclaje en Colombia y América Latina, para alcanzar una disminución de los residuos.
“Sabemos que anualmente se generan 17 millones de toneladas de residuos plásticos en América Latina, lo que supone el 7% del total de residuos plásticos generados en el mundo. Esto muestra el tamaño del desafío que enfrentamos en la región, pero igualmente la magnitud de la oportunidad. Por ello, en Dow, y a través de Revoloop, mejoramos las tasas de reciclaje mediante alianzas con empresas y comunidades”, explica Carolina Mantilla, directora de sustentabilidad de Dow para América Latina.
Así, la compañía reafirma su compromiso y esfuerzo para permitir el reciclaje mecánico. Esto, por medio de modelos de negocio de triple impacto, orientados a reducir los desechos plásticos, fomentar el reciclaje inclusivo e impulsar a las empresas a alcanzar sus objetivos de sostenibilidad.
“Apoyamos a clientes y dueños de marcas en el camino de la incorporación del plástico reciclado posconsumo en sus empaques y embalajes, diseñando empaques que pueden reciclarse mecánicamente para convertirse nuevamente en plástico reciclado posconsumo en el futuro y alcanzar juntos nuestras metas de sostenibilidad”, agrega Mantilla.
De esta manera se fomenta una economía circular, alimentando un ciclo positivo que incluye trabajar con los residuos y las comunidades para aumentar las tasas de reciclaje, diseñar empaques con convertidores y propietarios de marcas que no sólo puedan ser reciclables, sino que también incluyan más contenido reciclado. Asimismo, los diseños se convierten en una realidad en las estanterías para que los consumidores puedan comprarlos y luego desechar correctamente después de consumirlos, con lo que el ciclo vuelve a empezar.
