Como dicen por ahí, en casa de herrero, azadón de palo. Los estrategas les hacemos miles de estrategias a todas las marcas, pero a veces olvidamos hacerlo para nosotros mismos.
Para el arranque del año, les propongo un miniworkshop para pensar de forma intencional este 2025.
Autorreflexión
El punto de partida para el liderazgo es la autorreflexión. Y como hacemos en los talleres para nuestros clientes o cuando evaluamos cómo nos fue en un proyecto particular, creo que lo mejor para arrancar un año es empezar por preguntarnos: ¿qué aprendimos en 2024? ¿Cuáles fueron las lecciones que nos dejaron los miles de horas que dedicamos a trabajar, los espacios que compartimos con amigos y seres queridos, los lugares que visitamos, y los retos que enfrentamos? ¿Qué fue eso que no sabíamos antes, y que hoy de forma fácil o difícil ya logramos comprender?
Una segunda instancia de ese aprendizaje es ¿qué aprendí de mí mismo?
Muchas veces, no somos conscientes de lo transformadora que puede ser una experiencia particular y de las cosas que nos muestran, tanto buenas como malas de nosotros mismos. ¿Qué aprendimos de cómo somos frente a situaciones difíciles? ¿Qué fue lo que vimos en otros que más nos molestó o nos dolió, y que fue un espejo de nuestros propios comportamientos? ¿Qué descubrí que puedo hacer pero que no me había dado cuenta? ¿Cómo estuvo mi ánimo en el año y cómo hice para nivelarme? ¿Estuve presente para otros? ¿Cómo lo hice?
¿Traje luz o fui sombra?
De todas estas preguntas, al final lo más importante es preguntarnos ¿qué queremos mejorar este año? ¿En qué debemos trabajar?
Un lema para 2025
Lo segundo es que definamos un lema, una palabra, una frase, una filosofía o un mantra que sea la estrella guía para el año. Un recordatorio de una energía, una actitud o un pensamiento que queremos sostener durante todo el año. Por ejemplo, el año pasado para mí fue open mind. Estaba enfrentando una fusión en la agencia y sabía que, si no abría mi mente, si no me empujaba a ser flexible y a fluir, me iba a romper en medio de tantos cambios. Efectivamente, en los momentos más duros, cuando más cuestionada o frustrada me sentía, me recordaba abrir la mente, y buscaba una manera de volver a enmarcar lo que estaba pasando para poder observarlo desde la curiosidad y no desde el temor. No fue fácil y no siempre se logra, pero de la misma forma que cuando empujamos a las marcas para que todas sus acciones respondan a un posicionamiento, este lema puede ser la manera en que traemos coherencia y consistencia a lo que hacemos.
Un hito: misogi
Lo tercero es lo que el empresario y speaker estadounidense Jesse Itzler dice de la filosofía misogi, una meta tan grande que define el año. Como con las marcas, siempre tenemos unos big plays: misogi es lo mismo aplicado a nuestras vidas. Es el elemento que nos va a ayudar a recordar este año por encima de los demás.
El próximo checkpoint
Finalmente, de la misma forma en que con las marcas evaluamos el desempeño de las campañas, así también tenemos que aproximar nuestra propia planeación de vida. Les propongo que a mitad de año hagan una revisión de lo logrado y de lo esperado hasta que termine el año.
Estos 4 pasos son un miniworkshop para su vida, una sugerencia para que lo arranquen desde un lugar intencionado y pensado, que contribuya a sus objetivos a largo plazo.
Artículo publicado en la edición #496 de los meses de febrero y marzo de 2025.
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