Las profesiones emergentes aceleradas con los cambios del nuevo mundo abarcan un amplio rango de sectores; tales como la economía verde y todo lo enfocado hacia el bienestar humano. Pero sin ninguna duda, el gran protagonista en la empleabilidad es el sector digital.
La adopción de nuevos procesos y tecnologías por parte de las empresas ha venido transformando muchas de las tareas actuales. Lo esperado, según investigaciones del World Economic Forum, es una proyección de la desaparición de 85 millones de empleos en los próximos años; lo que obligará a la transformación de los puestos de trabajo y el reskilling por parte de quienes ocupan las posiciones. Pero de la misma forma el WEF predice que para 2025, la revolución tecnológica habrá creado otros 97 millones de nuevos empleos dándole la vuelta a la mala noticia hacia un enfoque completamente esperanzador.
La pregunta es entonces: ¿Quiénes ocuparán esos nuevos empleos?
Tatiana Orozco, Gerente General de Indexcol y líder en el desarrollo de talento digital, analiza el panorama actual y comprende la importancia que tiene el reskilling en todo este escenario. “Como en todas las revoluciones, la nueva era digital requiere de una fuerza laboral capaz de adaptarse a los cambios. Las oportunidades se abren completamente para quienes estén en la capacidad de asimilar las exigencias del nuevo mundo; de la misma forma que ha pasado en las anteriores revoluciones industriales».
Lo que se requiere en la actualidad es el desarrollo de una fuerza laboral más calificada que pueda re-entrenarse y transitar hacia los nuevos empleos. Se debe tener claro que no solamente las capacidades académicas juegan un rol importante, sino que las habilidades blandas comenzarán a tenerse en cuenta más que nunca; siendo el pensamiento analítico, la creatividad y la flexibilidad con una connotación hacia la aceleración de procesos, unas de las más deseadas. Asimismo, la capacidad de resolver problemas, la resiliencia y la tolerancia a los cambios juegan un papel fundamental para la tan esperada transformación digital y cultural de las empresas.
Esto implica que además de aprender nuevos conceptos y especializarse en áreas cruciales para el futuro, paralelamente, se trabaje en el desarrollo de capacidades que otorguen una visión estratégica que genere un verdadero impacto laboral y social”, concluye Orozco.
