Por su versatilidad y su amplia variedad de opciones en cualquier momento y desde cualquier lugar, estas plataformas digitales han cambiado la forma en que las personas consumen contenidos multimedia. Estos servicios en línea cobran una suscripción mensual a los usuarios –que casi se duplicaron, debido a la pandemia de COVID-19– por acceder a contenido ilimitado.

Con más de 223 millones de suscriptores, Netflix es la pionera de la industria de video y lidera en 79 de los 192 países en los que está disponible. Su facilidad de acceso y la comodidad de sus servicios han democratizado el entretenimiento para usuarios de diferentes regiones y estratos sociales que disfrutan contenidos que antes eran difíciles de encontrar o simplemente eran inaccesibles; además, los principales proveedores de contenidos de video han permitido a empresas nacionales y regionales competir en igualdad de condiciones con compañías internacionales, para creación de productos multimedia asequibles y diversificados. Los contenidos en idiomas diferentes al español han expandido los horizontes culturales y mejorado las habilidades lingüísticas de los usuarios.

Por otro lado, otras plataformas de video y música gratuitas han aumentado su popularidad en los últimos años, ya que ofrecen contenido sin tener que pagar suscripciones; por lo general, sus ingresos vienen de publicidad, venta de contenido y patrocinios, entre otras fuentes. Su uso ha generado empleo y ha dinamizado la economía del país.

Los dos ejemplos más claros son PlutoTV, una plataforma con miles de películas y series completamente gratuitas. Para verlas, los usuarios deben descargar la app o instalarla en sus televisores y elegir cualquier contenido. El único requisito es ver uno o dos comerciales de alguna marca. Y Trebel, la app que llegó a Colombia en marzo de 2023 y permite escuchar música sin costo y sin conexión a internet. Su oferta es enorme e incluye disqueras como Sony Music, Warner Music y Universal Music.

Estas nuevas plataformas de streaming gratuitas, no solo retan a las ya existentes como Netflix, HBO Max y Disney, sino que demuestran que la democratización de los contenidos ya sucedió y que a medida que el mercado del entretenimiento en línea siga evolucionando, seguirá contribuyendo al crecimiento de la industria audiovisual y al enriquecimiento cultural de la sociedad.