En las ultimas semanas se ha iniciado un lento proceso de reanudación de las actividades y de apertura a la libre movilidad, después de largos días de confinamiento. Las empresas han retomado sus actividades, se han relajado las medidas sanitarias y se ha pensado la manera de reactivar la economía. Sin embargo, aún existe temor de que el virus pueda seguir propagándose; y ese temor, impulsa a los consumidores a repensar sus hábitos con el fin de evitar el contagio. Uno de ellos, el transporte alternativo.
Una de las principales preocupaciones de la reapertura es la aglomeración de personas en lugares cerrados; dentro de estos se encuentra el transporte público. Esta preocupación se agudiza cuando hablamos de ciudades tan densamente pobladas, como Bogotá, en la que se hacen mas de 13 millones de viajes al día. Así lo dictan las cifras de la Encuesta de Movilidad del 2019, realizada por la Alcaldía.
Por esta razón, podríamos preguntarnos, ¿cómo cambiará la movilidad en la ciudad una vez se inicie una apertura más amplia al flujo de personas? ¿Los consumidores seguirán optando por los mismos medios de transporte o probarán el transporte alternativo, con menos riesgo de contagio?
La cultura ciclística: una solución
La alcaldía ha tomado medidas para promover medios como la bicicleta, aumentando el numero de carriles de ciclovía; los cuales llegaron al impresionante numero de 630 kilómetros. Esta decisión ha sido aplaudida a nivel mundial y ha tenido impactos positivos en aspectos como congestión vial, tiempos de viaje, contaminación, estado de salud, gastos de transporte, y la promoción de la recreación y el deporte. Un ejemplo de este último aspecto, es la ciclovía bogotana que se realizaba todos los domingos y festivos, y en la que participaban aproximadamente 2 millones de personas.
Días especiales como la ciclovía nocturna o el Día sin carro, también son importantes eventos con los que se demuestran que la capital tiene una buena cultura ciclística, facilitando así la promoción de este medio de transporte.
Según la Encuesta de movilidad, del total de viajes que se realizan en la capital, el 5% corresponde al modal de bicicleta. Esta categoría también registra un crecimiento del 39% en el número de viajes entre el 2015 y el 2019.
A pesar de que parece un numero irrisorio, si se compara con ciudades como Nueva York donde corresponde al 3%, Londres con 2% o Sao Paulo con 0,6%, la capital colombiana es una de las líderes en el uso de la bici a nivel mundial. Si se observa por estratos socioeconómicos, este medio de transporte es usado principalmente en los estratos bajos-medios, y en su mayoría, por hombres.
El escenario actual:
La pregunta es: ¿habrá una sustitución entre el transporte público y el transporte alternativo una vez se amplíe la movilidad de personas?
El problema es que las nuevas ciclovías son temporales, y una vez los carros y motos vuelvan a su flujo normal, este espacio será reclamado por esta mayoría.
Además debe garantizarse la seguridad, no solo ante los robos, sino ante accidentes y violencia de género, si se quiere atraer a las mujeres a usar este medio. Adicionalmente, es necesario mejorar la infraestructura de aparcamiento de bicicletas en la ciudad, principalmente en la zona sur.
Aunque la bici es una de las mejores opciones para mitigar el contagio durante la pandemia, es incapaz de absorber la suficiente proporción de personas para evitar la aglomeración. Sin embargo, el aumento continuo de su popularidad hará que cada vez más personas se inclinen por este medio de transporte.
Esta atracción se concentraría en los estratos medios; teniendo en cuenta su poder adquisitivo, la cercanía con los lugares de trabajo y el amplio número de personas que usan transporte público y podrían sustituirlo.
Por: Juan Sebastian Tellez Melo, Raddar
