Aunque la creencia popular apunta a que las tiendas virtuales le están haciendo pasar un mal rato a las físicas, esto parece ser un tema de impresión únicamente. Una nota del portal Shopping Centers Today ilustra cómo los comercios virtuales, llamados también e-retailers, han visto la necesidad de extender su negocio a un local para seguir aumentando sus ventas y mercadear su marca. En EE UU unos 50 e-retailers reconocidos están dando el salto a espacios físicos.

El primer paso es abrir pop-ups, o tiendas temporales. La razón es que en esta etapa inicial, los contratos de arrendamiento por largos periodos son muy costosos para un minorista cibernético, así que los pop-ups que en su mayoría tienen contratos de arrendamiento cortos, que van desde un solo día hasta doce meses, permiten a estos comerciantes ir con cautela.

El próximo paso es abrir una tienda permanente en localidades estratégicas. Luego abren locales en otras ciudades importantes. Los consumidores estadounidenses en general están dispuestos a comprar ropa o accesorios en línea a un minorista con una tienda en su área. Podría sorprender el hecho de que los cibercomerciantes incurran en gastos adicionales para operar en tienda física, pero estos empresarios entienden que es muy importante para su negocio tener una tienda en una localidad estratégica.

Así lo comprende Amazon al abrir un local físico a comienzos de este año y al comprar hace un par de semanas al supermercado Whole Foods. Amazon está pasando de la web a la góndola. Esta operación se convierte, hasta el momento, en la noticia empresarial del 2017.