En Colombia ha comenzado a debatirse cómo controlar el consumo de bebidas azucaradas y otros alimentos que, en exceso, pueden conducir a la obesidad y a otras enfermedades crónicas. Presentamos un análisis realizado por Kantar Worldpanel que muestra lo que otras naciones vecinas han establecido con el fin de encontrar alternativas que sean efectivas y que conduzcan a un consumo racional de estos productos de consumo.
Para Andres Simon, Country Manager de Kantar Worldpanel, “una de las posibilidades que Colombia enfrenta es implementar un impuesto del 20% a las bebidas azucaradas para buscar que se reduzca su consumo. Sin embargo, hemos evidenciado que otros mecanismos como el claro etiquetado de ingredientes resultan más útil en el mediano y largo plazo ya que permiten que los consumidores se informen, comparen y tomen mejores decisiones sobre su salud”.
¿Cómo está la región en este aspecto?
Hace un mes, Chile implementó una nueva ley de etiquetado para alertar de forma clara a los consumidores sobre los niveles de azúcar, sodio, calorías y grasa saturada en los productos de consumo masivo. Esta es una respuesta a una tendencia global en la que la salud y el bienestar se han tornado en una prioridad para la gente y el aumento de la obesidad está ganando relevancia para los gobiernos, dado su impacto en los presupuestos públicos de salud.
México fue el primer país, a comienzos de 2014, en implementar una tasa de impuestos incremental de productos azucarados que arrancaba en el 13,3%. Inicialmente generó un impacto negativo en consumo de cerca del -1,9%, pero curiosamente en el mediano plazo la implementación del impuesto en México tuvo un impacto negativo mayor en otras categorías que no estaban cubiertas por el impuesto, dado el mayor gasto que el consumidor Mexicano comenzó a destinar a estas bebidas azucaradas.
Chile hizo su movimiento con un cobro de impuestos hace dos años, subiendo de 13% a 18% en bebidas azucaradas y reduciendo en 10% las no azucaradas con el mismo efecto en el consumo.
“A nuestro entender, un mecanismo de etiquetado claro parece ser una mejor aproximación en el largo plazo, dado que hay un elemento educacional de fondo que conduce a decisiones conscientes por parte de los consumidores”, expresó Simon.
Ecuador utilizó etiquetado frontal con semáforos desde el segundo semestre de 2014. Como México, logró un impacto en el corto plazo en la reducción del consumo de categorías específicas (a la cabeza del listado estaban las bebidas carbonatadas, seguida por galletas y pasabocas) pero también dirigiendo a los consumidores hacia los productos light para que ellos mismos tuvieran decisiones más saludables de consumo.
A manera de ejemplo, antes de implementar el etiquetado con semáforos en Ecuador los tés listos para consumir se percibían como una opción más saludable comparada con las gaseosas. Sin embargo, el nivel de azúcar es parecido. Una vez implementado el etiquetado, vimos una caída del 15% en su base de compradores y un 25% en reducción de su consumo. Incluso aquellos que decidieron permanecer dentro de la categoría, están tomando un litro menos por trimestre.
A las cuatro semanas de la implementación del modelo de etiquetas, el 98% de la población chilena reconocía el nuevo etiquetado y tres de cada cuatro les ponían atención. La mitad de la población determinó que esto impactaba en sus decisiones (algo impresionante en comparación con la misma respuesta en Ecuador, donde 29% habían cambiado su comportamiento).
¿Cómo está el consumo en Colombia de las bebidas azucaradas?
Kantar Worldpanel identificó que el 98% de los hogares en Colombia destina en la compra de bebidas azucaradas $292.000 pesos en el último año móvil a junio 2016, presentando un crecimiento en gasto de +1% frente al año anterior.
Hoy en promedio un hogar destina: 37% del presupuesto a gaseosas como la categoría de mayor gasto seguida por Yogurt con un 20%, Jugos Industrializados y Chocolate de Mesa con un 15%, refrescos en polvo con un 7% y en último lugar Maltas con un 5% de gasto.
En promedio un hogar consume 153 litros de bebidas azucaradas en un año representado en 174 unidades consumidas durante el mismo período en diferentes tamaños tanto personales como individuales. En un año se visitan los canales 80 veces para comprar bebidas azucaradas, en cada visita al punto de venta se llevan en promedio 2 litros de estas.
¿Cómo está Colombia frente a la región?
Comparativamente frente a otros países de Latinoamérica el consumo per cápita de estas bebidas en Colombia está por debajo, como es el caso de las gaseosas donde en el caso de México se consume 3 veces más que en nuestro país, Perú y Brasil con 50% más consumo que Colombia y en categorías como Jugos Industrializados nos supera México, Argentina y Chile.
“Informar y darle al consumidor la responsabilidad sobre sus decisiones, puede conducir a que este mejore su comportamiento y se dirija hacia productos más saludables, sin necesidad de enfrentarlo a un sobrecosto generado por un impuesto que castiga a la categoría pero que también impacta a otros productos adyacentes, logrando solo un efecto de corto plazo”, concluye Simon.